martes, 11 de agosto de 2015



EL FRAUDE DE LAS APARICIONES MARIANAS DE PEDRERA
 

sep 30th, 2013

El ojo critico
Publicado en EOC nº 38


“Soy la Virgen María, la Madre de Jesucristo, y traigo un mensaje dirigido a este pueblo y a todos los pueblos de la Tierra: Que os améis los unos a los otros, como mi Hijo os ama. Que trabajéis por la paz. Que todas las armas sean convertidas en rejas de arado y hagan fructificar la tierra y recibiréis grandes bendiciones de Dios. Si dejáis este camino espiritual y seguid vuestro camino material, iréis a la destrucción. El Cielo y la Tierra pasarán, pero las palabras de Dios no pasarán. Llevad este mensaje al sacerdote del pueblo y que lo haga llegar a los más altos cargos del Gobierno, de la Iglesia y de las naciones más poderosas de la Tierra. Este mensaje deben de saberlo todos los habitantes de la Tierra”… 
Estas fueron las palabras presuntamente transmitidas por la Virgen en una de sus primeras apariciones en Veguetas de las Revueltas, un bello paraje a las afueras de Pedrera (Sevilla). Al menos, así lo aseguraron en su día las primeras protagonistas de esta historia, las niñas Buen Suceso Escobar González y las hermanas María y Rosario Sánchez Guillén, de entre 10 y 12 años de edad. Todo comenzó el 3 de mayo de 1987, una época en la que se vivió un auténtico boom aparicionista por toda la geografía española: El Repilado (Huelva), Benalup de Sidonia (Cádiz), Fenollet (Valencia), Denia (Alicante), Cospeito (Lugo), Villacañas (Toledo), etc. Aquel día, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, las tres niñas paseaban tranquilamente por el lugar a eso de las cinco de la tarde cuando, de improviso, vieron a la Virgen sobre un olivo. La figura tenía la tez fina, ojos azules, con sus manos en actitud orante y vestida de blanco. “Era la Virgen de Fátima y nos dijo que iba a ayudar y proteger a los enfermos”, afirmarían días después. Como suele ocurrir en estos casos, la zona pronto fue frecuentada por curiosos, fieles y enfermos que aguardaban esperanzados que se cumplieran las promesas de la Madre de Jesús… Diariamente, las niñas se dirigían a este naciente enclave mariano para mantener un íntimo diálogo con la aparición. El gentío, mientras, se congregaba en torno a una gran piedra que, según la Virgen, era sagrada; sobre ella depositaban ramos de flores, estampas y rosarios. No tardó en hablarse de “curaciones milagrosas”, y en pocas semanas, decenas de devotos también juraron haber sido testigos de la aparición. Sin embargo, y ante la sorpresa de los fieles, el domingo 31 de mayo las niñas avisaron que: “La Virgen ya no se aparecerá más, hoy será el último día”… Pero a estas alturas, resultaba imposible cortar de forma tan brusca un evento de tales características. Muchísima gente ya depositaron su fe y confianza en la Virgen que supuestamente había posado sus pies en aquel rincón de la sierra sevillana.

INSTRUMENTO DE DIOS
No obstante, las niñas se fueron desvinculando del ambiente que se había creado en el lugar, tomando el relevo algunos videntes adultos, algo frecuente en otros casos aparicionistas. De los nuevos videntes, sin duda fue Carmen López Hernández,
de 43 años y natural de Estepa, la que con mayor rapidez acaparó la atención de los asistentes, debido a sus sorprendentes trances estáticos, acompañados a veces del siempre espectacular fenómeno de la estigmatización. Carmen se acercó por primera vez al terreno de las apariciones en compañía de su marido, Juan Antonio Bohórquez, atraída por las noticias que le habían llegado sobre las visiones de las niñas. A los pocos días, manifestó con alborozo haber visto también a la Virgen, hecho que se repetiría diariamente. A partir de entonces, comienza a recibir continuos mensajes celestiales y a protagonizar fenómenos carismáticos. “…Haz todo lo que Yo te mande (…) Quiero que digas que hagan una fuente frente a la ermita. Diles que la hagan, la pueden hacer. El agua será bendecida por Mi Hijo y por Mí. Curaré a muchas personas, pero tendrás que estar tú allí…”. Este sería el primer mensaje revelado por la Virgen a la vidente, fechado el 3 de febrero de 1988.Pero Carmen ya había tenido manifestaciones celestiales mucho antes de asistir a Pedrera. “La primera vez que vi a la Virgen tenía 9 años”, nos aclara la vidente en una de nuestras visitas al lugar. Al parecer, ocurrió mientras jugaba en un cortijo en el que trabajaba su padre.   
El número de seguidores aumenta alrededor suyo a la misma vez que el de las visiones, mensajes y fenómenos supuestamente sobrenaturales. Además de estigmas, Carmen experimenta también comuniones místicas, xenoglosia, osmogénesis, etc. En uno de los mensajes, la Virgen la bautiza como “La Profeta”, y es así como la llamarían desde entonces sus más fervientes acólitos. En otro comunicado le dice: “Quiero que me llamen Virgen de la Bola de Luz, porque así me manifiesto Yo”… Sus contactos celestiales no solo se intensifican sino que se extienden a otras figuras del santoral católico. Según nos contó su propio marido, “a través de ella lo mismo habla la Virgen, que Jesús, que San Miguel, San Bartolomé, San Pancracio y otros muchos más”.

MILAGROS AL POR MAYOR
Hasta aquí todo parece “normal” en lo concerniente a una típica aparición mariana. Sin embargo, este caso presenta algunos rasgos que lo diferencia bastante de otros -y que, a su vez, despiertan nuestras lógicas dudas-. No solo Carmen López tiene el privilegio de ver a la Virgen y a otras figuras de la corte celestial, sino que muchísimas otras personas, llegadas de numerosos sitios, han sido testigos directos de esas mismas “presencias suprahumanas”. No hace falta ser vidente, ni santo, ni tener un don especial. En este enclave aparicionista he recogido decenas de testimonios a cuál más sorprendente. Testigos que afirman haber visto, sobre el monte de olivos que corona el lugar, a la Virgen, a Jesús, Santa Teresa, Fray Leopoldo, Santa Gema, los apóstoles, etc. etc. Es como si las “potencias divinas” hubiesen abandonado el cielo para trasladarse a Pedrera…
Ramón Jiménez, un joven natural de Mataró, nos cuenta lo que presenció en abril de 1993: “Junto a un árbol observé una luz amarilla muy fuerte, y entre medio de la luz vi la imagen de la Virgen con un manto blanco en la cabeza. Me pareció ver que tenía el niño Jesús en sus brazos”. Por su parte, Antonio Torres, de 28 años, contempló a Cristo en la Semana Santa de 1994: “Vimos aparecer a eso de las 7 de la mañana una luz verde, y al momento se vio al Señor con una túnica blanca, las manos levantadas y caminando hacia nosotros. Se vio perfectamente. La gente intentó abalanzarse hacia él para abrazarle y entonces desapareció”. En otra ocasión, una mujer me narra conmovida: “Yo he visto al Señor con la corona de espinas, y mi hija de 13 años ha visto a Santa Teresa, a Santa Rita, al Niño Jesús y a tres apóstoles”. Otros testigos como Carmen Jiménez, Manuel del Pozo y Eduardo Rodríguez han podido ver también a Jesús y la Virgen en muchas ocasiones y a escasos metros…
Mientras tanto, los mensajes recibidos por Carmen adquieren un tono similar a los de otros casos aparicionistas (de contenido profético, catastrofista, milenarista…). A veces, revive la Pasión de Cristo haciendo gestos como si llevara la cruz a cuestas, o cae de bruces al suelo en medio de espasmos como si hubiese sufrido algún presunto ataque diabólico. Siguiendo las instrucciones de la Virgen, la vidente comienza a imponer sus manos sobre los enfermos que acuden con fe al lugar. Su popularidad traspasa ya la región, llegando gente con mucha devoción pero poca salud de toda España. Van en busca de un ansiado milagro. Carmen comienza a ser entrevistada, junto a su inseparable grupo de acólitos, en diversos medios de ámbito nacional, mientras que conocidos estudiosos y acérrimos creyentes de las apariciones, como Pitita Ridruejo y Francisco Sánchez-Ventura, se personan en el lugar para recoger las maravillas que allí se cuentan…
Pero pronto habría un éxodo… El 16 de febrero de 1988, la vidente recibe el siguiente mensaje de la Virgen: “Tienes que pedir que te hagan una casa en el campo”… Dicho y hecho. Una fiel devota le ofrece parte de su cortijo ubicado en “El Higuerón”,  entre las localidades sevillanas de Matarredonda y Herrera (a 25 kms. de Pedrera). Carmen acepta encantada. Abandona Estepa y se traslada con su familia hasta el nuevo emplazamiento, desde donde sigue teniendo visiones y diálogos con la Virgen. Sus seguidores comienzan a desplazarse hasta la finca, que en pocos días se convierte en otro concurrido foco de peregrinación. Aunque Carmen sigue visitando la zona original de las apariciones, lo hace cada vez con menos frecuencia debido a diversas agresiones que sufre por parte de algunas personas que siguen a otro vidente del lugar. La Virgen intenta reconfortar a su “profeta”: “La elegida eres tú y lo serás durante toda tu vida”, le comunica el 7 de junio de 1988.
LA CAPILLA DE LOS “PRODIGIOS”
En una de nuestras visitas hasta la finca de “El Higuerón”, ya que se había rumoreado que en esa noche podía haber una nueva “aparición” de la Virgen, aprovechamos para entrar en la capilla que tienen junto a la casa. En principio, nos llamó la atención la abundante iconografía religiosa, regalo de los devotos, que oculta prácticamente todas las paredes de la estancia. El marido de Carmen y Francisco Carmona, uno de los principales seguidores de la vidente, nos muestran los presuntos “prodigios” que allí dentro han ocurrido. Descubrimos nada menos que media docena de imágenes sangrantes. Respecto a un crucifijo con el rostro, manos y pies ensangrentados, Juan Antonio nos explica: “La primera vez que sangró fue cuando estalló la guerra del Golfo… Ahora lo hace en días muy señalados, cuando va a ocurrir una desgracia…” Igualmente nos enseñan un cáliz -del que dicen que emana sangre en Cuaresma- que la Virgen entregó a su “profeta” mientras que se hallaba en uno de sus éxtasis, así como otros objetos religiosos “materializados” ante Carmen. También están allí enmarcadas las fotografías en las que la vidente aparece con la corona de espinas sobre su cabeza -colocada, claro está, por el propio Jesucristo- y aquellas en las que exhibe sus estigmas en pleno trance. ¿Alguien dá más?… Allí mismo, charlamos con Carmen López, quien se mostró en todo momento nerviosa y evasiva. Respondió con monosílabos a nuestras preguntas y dijo que tenía que seguir atendiendo a las personas que la esperaban en la puerta. Por cierto, se había dado cita una gran muchedumbre en el lugar, con motivo de anunciarse con suficiente antelación la supuesta aparición de la Virgen. Al final, ningún representante de las “huestes celestiales” quiso manifestarse ante nosotros esa noche. Días después supimos que, tras marcharnos, algunos devotos habían presenciado a la “Reina de los Cielos”. ¿Casualidad?…
ALGO HUELE MAL
La facilidad y frecuencia con que en Pedrera y, ahora, en “El Higuerón” se producen los supuestos fenómenos milagrosos antes relatados, y a la vista de todo el mundo (o casi todo), hacen tremendamente sospechosa esta historia. En nuestra opinión, nos parece un tinglado pseudoreligioso muy bien orquestado. En resumen, un tremendo montaje. Al menos, esa fue la impresión que ya tuve en mis primeras visitas al paraje aparicionista hace diez años y que luego he podido ir confirmando con las evidencias que hemos recogido hasta ahora. Y no es que piense que todos esos testigos que peregrinan hasta el lugar se han puesto de acuerdo para mentir. Más bien están describiendo emocionalmente lo que han visto. Se nota la honestidad en sus palabras. Hablan con el corazón. Pero mucho me temo que la interpretación que hacen no es la correcta, llevados por la sugestionabilidad y sobre todo por la fe ciega que profesan a Carmen, convertida en líder carismática del grupo surgido en el enclave. Un grupo que, como ocurre en estos casos, se cierra herméticamente al exterior, controlando todo lo que rodea a la “aparición” y mostrando en muchas ocasiones hostilidad y recelo ante los visitantes que no expresan signos de credulidad y devoción. Lo decimos por experiencia…
Nuestras primeras dudas partieron del hecho de que haya tantas personas que afirmen haber observado a poca distancia -en algunos casos a menos de dos metros- a Jesús, a la Virgen y otras figuras celestiales. Curiosamente no ven “entidades” translúcidas o etéreas que floten sobre el lugar, sino figuras completamente físicas, ataviadas con túnicas o mantos de textura aparentemente normal, que se desplazan a pie por los alrededores y que portan en sus manos una esfera luminosa. Ante “evidencias” tan claras, hemos ido hasta allí varias veces con la intención de presenciar y captar en soporte gráfico alguna “imagen celestial”. Pero no es nada fácil… Los “protectores” de Carmen están pendientes de nuestros movimientos. Nos observan con desconfianza si llevamos cámaras fotográficas, de vídeo, o unos simples prismáticos. De hecho, cada vez que visita el lugar un periodista o un investigador, los impulsores de esta aparición -agrupados hoy bajo la denominada “Fundación Virgen de la Bola de Luz”- se muestran excesivamente recelosos. Y “casualmente”, rara vez ocurre algo en presencia de un medio de comunicación. “Cuando hay determinada gente la Virgen no aparece. Ellos examinan el personal, controlan quién va, quién es cada uno, si alguien lleva cámara o prismático…”, me dice una persona que conoce muy bien las verdaderas actividades de esta gente. Sólo Carmen López y sus más estrechos colaboradores parecen tener las claves del “misterio” que rodea esta historia. Pero afortunadamente, han llegado hasta nosotros algunas curiosas e interesantes filmaciones en las que se aprecia la figura identificada por los seguidores como la “Virgen de la Bola de Luz”. También han sido muy esclarecedoras las declaraciones que hemos obtenidos de algunas ex-acólitas de Carmen, permitiéndonos descubrir la cara oculta de este singular caso…
¿BURDOS FRAUDES?
Las circunstancias en las que ocurren los extraordinarios “prodigios” protagonizados por Carmen López nos hacen, ciertamente, dudar sobre la autenticidad de los mismos. Hay momentos en que la vidente, aprovechando cualquier confusión, distracción o la misma oscuridad de la noche, desaparece rápidamente del escenario de los hechos, para reaparecer pocos minutos después con los estigmas de la crucifixión o con la corona de espinas sobre su cabeza. A veces, incluso portando sagradas formas u objetos religiosos -como patenas, crucifijos, rosarios, etc.- cedidos ¡cómo no! por la Virgen. Por la lectura que extraemos de los testimonios recogidos, parece ser que la vidente se esconde para colocarse la corona, pintarse los estigmas o coger los objetos que ella o algunos de sus “protectores” llevan guardados. Precisamente, el propio marido, sin querer, nos puso sobre la pista al relatarnos un episodio: “Ella estaba aquí en la capilla con otra mujer y dijo que iba a ponerse unos calcetines porque tenía los pies frios. Fue al servicio y desde la puerta llamó a la mujer. Al ir, vio que Carmen tenía la corona puesta y estaba echando sangre…”  ¿Porqué no se originan esos fenómenos milagrosos en presencia del público y a plena luz?, nos preguntamos razonablemente… Algo similar ha ocurrido en el “terreno santo” de Pedrera. La Virgen pide siempre a la vidente que suba sola al monte. Al bajar, muestra a los fieles creyentes la corona de espinas en la frente y su rostro ensangrentado. Sus adeptos impiden celosamente que cualquier persona suba tras ella para ver el “misterio”, me aclara una antigua seguidora de Carmen. Se sabe que un joven se escondió una vez y pudo ver a la vidente tirar un pequeño frasco que contenía un líquido rojo, posiblemente mercromina. Otros han podido hallar en casa de la vidente diversos recipientes con perfume de rosas que luego, según dicen, es mezclado con aceite. ¿Podría ser esta la explicación del “aroma celestial” que emana la vidente durante sus éxtasis y que impregna a aquellas personas que la abrazan?…  
Otro hecho realmente dudoso, pero que alcanzó especial trascendencia, fue el de la sangración del libro “Apariciones de la Virgen María”, escrito por Pitita Ridruejo. A mediados de 1994, la conocida marióloga regaló un ejemplar de su obra a Carmen López. En el momento en que Pitita se encontraba en el exterior de la finca hablando con los asistentes, apareció la vidente con signos de nerviosismo enseñando a los presentes una de las páginas del libro, en la que una fotografía de la “Rosa Mística” estaba sangrando. Pitita y los allí reunidos no dieron crédito a lo que veían sus ojos. Después de no pocos titubeos, Carmen dejó que el médico malagueño Sergio Triay -a quien Pitita puso al corriente del suceso- se acercara hasta la finca y empapara un algodón en la sangre presuntamente emanada del libro, aún fresca ya que hubo nuevas sangraciones dias después. El análisis arrojó como resultado que era sangre humana. Obviamente, ello no determina ningún origen milagroso al hecho, aparte de que el propio médico reconoció que no fue un examen muy exhaustivo el que llevó a cabo: “No puedo decir que fue un análisis científico ni mucho menos. Fue una cosa para satisfacer mi curiosidad”. Hay puntos muy oscuros en esta historia, y ello lo demuestra el hecho de que la vidente se oponga radicalmente a que el libro, expuesto actualmente en una vitrina, sea llevado a un laboratorio para ser analizado en profundidad.
“APARICIONES” POCO DIVINAS
“Esa aparición que se ve en la grabación parece ser un fraude. Personalmente, no creo que fuera la Virgen”… Esa es la opinión de Antonio J. Sánchez Heredia, cámara de la “TV Palma del Río”, uno de los pocos que han tenido la suerte de poder filmar la imagen de la “Virgen de la Bola de Luz”. Ciertamente, cuando uno observa detenidamente la grabación, se da cuenta que la figura que se aprecia en el vídeo, cubierta con una sábana y agitando con sus manos una esfera luminosa roja, no presenta ninguna característica anómala. Sus movimientos y comportamiento, intentando llamar la atención mientras baja, sube y esconde la esfera de luz, demuestran que es un “ente”, pero de carne y hueso. Cualquiera que tenga un poco de sentido común, aún siendo creyente en las apariciones marianas, convendrá con nosotros que se trata de una persona disfrazada. “La Virgen jamás haría ese tipo de espectáculo. Eso es una falta de respeto hacia Ella y hacia los creyentes”, nos dice indignado un sacerdote onubense al que le mostramos las imágenes y le ponemos al corriente de lo que ocurre en ese lugar.
Para evitar ya cualquier problema, y que se descubra el tinglado, los aliados de Carmen impiden que nadie se acerque a menos de 200 mts. de donde tiene lugar la “aparición”. En “El Higuerón” la gente tiene que retirarse hasta esa distancia si desean que se manifieste la Virgen. Cuando ya está todo controlado, una luminaria -de color rojo o verde- desciende del cielo lentamente hasta tocar tierra. Es el anuncio de que se aparecerá la Virgen o su Hijo. En ese momento, junto a la casa asoma la esperada “figura celestial” portando la acostumbrada esfera luminosa, mientras que los fieles comienzan a rezar, a entonar cantos y a llamar a la “aparición” con gran fervor y lágrimas en los ojos. Desde la lejanía, la “imagen divina” hace la señal de la cruz con la esfera a modo de bendición para regocijo de los presentes. Al poco rato, se retira del lugar.  
Hemos localizado a algunas personas que escondidas por los alrededores del cortijo han presenciado perfectamente como alguien se colocaba la sábana y cogía con su mano una lámpara o farol. Han podido distinguir incluso los pantalones bajo la sábana. No quieren dar sus nombres por temor a represalias… Para más “inri”, la presencia en los alrededores de la finca de cartuchos de bengalas que se emplean en los salvamentos marítimos es otra prueba en contra de la autenticidad de los “fenómenos sobrenaturales” que allí tienen lugar. Al menos, el misterio de las luminarias que preceden a las presuntas “apariciones” quedaría perfectamente resuelto.
Hablamos con Rosa M. -quien desea permanecer en el anonimato-, una creyente convencida en las apariciones de la Virgen que ha recorrido la península visitando buena parte de los focos marianos y participando en cenáculos de oración. Pedrera fue uno de sus puntos de destino. Vivió muy de cerca algunos “prodigios” y fue testigo de diversas apariciones. Sin embargo, pronto comenzó a tener serias dudas: “En una ocasión ví como salía de la casa la supuesta Virgen. Sus movimientos y exhibicionismo, como si fuera una bailarina, no encajaban en alguien que es la Madre de Jesús. Además, se notaba algo oscuro, como unos pantalones, bajo la túnica. Aquello era una comedia. Sembraron la duda en mi corazón…”, me comentó enojada.
Esta mujer quiso desenmascarar toda la posible farsa escondiéndose junto a otras personas en una cercana arboleda. Eso ocurría en mayo de 1994. Su testimonio es lo suficientemente esclarecedor: “Vi como el marido de Carmen apagaba el generador eléctrico y encendía la luz de la capilla. Luego dio una vuelta por fuera de la casa por si alguien estaba escondido. Uno del grupo encendió las luces largas de un vehículo para deslumbrar a la gente y ver si aún podía haber alguien cerca. Por desgracia, descubrieron a un matrimonio escondido detrás de un árbol, tumbados en el suelo con una cámara de vídeo. Entonces vinieron unos 8 ó 10 hombres muy enfurecidos amenazando a todos nosotros con que podían pegarnos un palo por estar allí escondidos. Se llevaron al matrimonio. Ya no pude callarme y me enfrenté al grupo de Carmen diciéndoles que todo era un fraude y que no es lícito que tomasen el nombre de Dios en vano. Cuando les amenacé con avisar a la polícía nos dejaron en paz…”
BIENES TERRENALES
¿Qué motivos pueden esconderse tras esta turbia historia?… El móvil económico está detrás de muchas presuntas apariciones de la Virgen que inundan nuestra geografía española. En ésta, según los testimonios de algunos ex-seguidores, también lo es. La organización que ampara a Carmen López negocia con la venta de botellas de agua bendecidas por la Virgen, vídeos y otros souvenirs. Los medios de comunicación se han hecho eco de las denuncias presentadas por algunos antiguos acólitos. “Me ha hecho mucho daño porque se apodera de todo”, ha declarado públicamente Carmen Borrego, que había sido “elegida” por la Virgen para auxiliar a la vidente. Precisamente esta mujer fue quien le hizo entrega de medio cortijo de “El Higuerón”, siguiendo las órdenes dadas por la Virgen: “Hijos míos, ayudar a mi profeta. Vosotros sois los elegidos para hacerle una casa en el campo”. Carmen Borrego y su marido, dueños del terreno, llevaron el asunto a los tribunales al ver que la vidente y los suyos se apropiaron del resto de la finca, una vez que terminaron de construir la casa y la capilla gracias al dinero aportado ingenuamente por ellos y otros seguidores.
Hasta algunos defensores de las apariciones de Pedrera tienen que reconocer que este caso bien merece una lectura más crítica. El abogado Miguel González-Gay o el propio Francisco Sánchez-Ventura, autor de dos volúmenes donde presenta esta historia como auténtica, han apuntado recientemente en la revista “María Mensajera” que los últimos mensajes recibidos por Carmen López son poco fiables a tenor de su contenido ególatra y megalomaníaco. Para ambos, resulta extraño que la Virgen diga que Carmen es “la vidente más grande que hay ahora en el mundo” o que “ella, a través de mi Hijo Jesús, os dará a todos la salvación para esos tres días terribles que van a venir”. Claro que, como apuntan los dos especialistas, a lo mejor esos dictados son obras del Maligno. Puestos a creer…
En síntesis, concluimos que en “El Higuerón”, a tenor de estos hechos fraudulentos, se está abusando de forma descarada de la fe y la credulidad de quiénes buscan en dicho lugar un consuelo a sus desdichas. En casos así ¿no debería intervenir las autoridades para investigar y evitar montajes de tal magnitud?…
Moisés Garrido

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