miércoles, 14 de octubre de 2015

Los 7 experimentos más crueles de la historia
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A lo largo de la historia han salido a la luz pública los experimentos científicos más crueles que la humanidad ha perpetrado. Estos experimentos llevados a cabo en nombre de la medicina y la ciencia han propiciado una muestra del desprecio, la violencia y el racismo del hombre hacia su misma especie.
El tema genera cierta controversia debido a que puede ser respaldado y protegido por un criterio evolucionista que busca el desarrollo de la ciencia; no obstante, también es la mayor prueba de que la naturaleza del hombre puede llegar a ser el peor enemigo de la propia existencia humana.

A continuación 7 de los experimentos científicos más crueles de la historia:
7) El ángel de la muerte y los campos de concentración
El médico alemán Josef Mengele nació el 16 de marzo de 1911 en la ciudad de Gunzburgo. En 1935 obtuvo su doctorado en Antropología Física por la Universidad de Múnich, y en abril de 1943 lo ascendieron como capitán de la SS, teniendo a su cargo todos los asuntos médicos de los campos de concentración en Auschwitz.
 Conocido como “el ángel de la muerte” o “el ángel blanco”, Mengele se caracterizaba por su conducta fría y cruel al seleccionar qué prisioneros tendrían que trabajar y quiénes morirían en las cámaras de gas.

Otro de sus experimentos lo realizó con mellizos y gemelos a fin de encontrar los orígenes genéticos de algunas enfermedades (durante esa época utilizar gemelos era una herramienta ideal para encontrar las variantes de la herencia humana). Con la legalidad que había en Auschwitz para mutilar personas, Mengele llevó a cabo una serie de experimentos letales con gemelos judíos, la mayoría: niños.
Otro de sus intereses en la investigación médica fue la heterocromía (las diferentes tonalidades del iris). Su fanatismo lo llevó a reunir los ojos de sus víctimas asesinadas para utilizarlos como material de investigación, lo que además lo condujo a revelar el secreto para cambiar artificialmente el color de los ojos.

Mengele avalaba la teoría racial nacionalista; realizó experimentos con el fin de demostrar la falta de resistencia de judíos y romaníes a diversas enfermedades, además de fundamentar la degeneración de la sangre judía o gitana a través de la documentación de rarezas físicas y la recolección de muestras de tejido y partes del cuerpo.
 La autoridades de Alemania Occidental emitieron una orden de arresto para Mengele en 1959; alarmado por su posible captura, el científico se trasladó ese mismo año a Paraguay y luego a Brasil, donde el 7 de febrero de 1979 se ahogó mientras nadaba en un centro vacacional de Bertioga.
6) El Escuadrón 731
El Escuadrón 731, división del Ejército Japonés durante la Segunda Guerra Mundial, estableció un campo de concentración en la ciudad china de Nanking donde sucedieron atroces actos contra chinos, coreanos, rusos y mongoles utilizados como objeto de experimentación para la investigación y desarrollo de armas bacteriológicas.
Fue el Teniente General Shiro Ishii quien planeó y llevó a cabo macabros actos contra los “marutas” (troncos), como llamaba a los rehenes enemigos por considerarlos material para experimentación.

Como un contra ataque a la propaganda comunista, los crímenes cometidos por el Escuadrón 731 están considerados algunos de los más terribles de la historia. Con numerosas instalaciones ocultas en las regiones del norte de China, el proyecto dio paso a operar como una fuerza bélica, política e ideológica.



El proyecto estaba respaldado por los Kodoha, un equipo de espionaje y sabotaje político que promovía el ideal de la supremacía racial de Japón.
Entre muchos de los crímenes que los Kodoha ejercían estaban los experimentos con extranjeros y con chinos, además de los encierros a los civiles en fosas comunes infectadas de cólera, parásitos, peste bubónica, tuberculosis, tifoidea entre otros males con el fin de observar el comportamiento humano ante estas enfermedades.

Entre las crueldades están las vivisecciones (disecciones de un cuerpo aún en vida), desmembramientos a través de congelar partes del cuerpo y después pasarlas por agua caliente, colocar a las personas en cruces de madera para realizar con ellas pruebas explosivas y la exposición de las víctimas a distintos tipos de gases venenosos en cámaras de presión.
5) El “estudio monstruoso” de Wendell Johnson
Wendell Johnson fue un psicólogo y profesor de la Universidad de Iowa, Estados Unidos, quien pasó a la historia por hacer experimentos sensoriales con 22 niños huérfanos, de entre 5 y 15 años, entre enero y mayo de 1939. Muchos de los niños con el tiempo manifestaron problemas de lenguaje.
 Este caso, también conocido como “el estudio monstruoso”, consistió en la selección de 256 niños por medio de una entrevista, de los cuales se seleccionaron diez que presentaran tartamudez y otros doce que no tuvieran ningún problema con el habla.

Mary Tudor, una alumna del psicólogo, fue la encargada del experimento. Primero, dividió al grupo en dos; con el primer grupo, Tudor se comunicaba positivamente, hacía que estos niños hablaran y desarrollaran su discurso con fluidez; mientras que con el segundo grupo se comunicaba de forma negativa: los humillaba, ridiculizaba y los acusaba de pronunciar incorrectamente.
Muchos de los menores del segundo grupo que recibieron el llamado “tratamiento negativo reforzado” sufrieron lesiones psicológicas en el lenguaje para toda la vida.

A pesar de que se intentó mantener el experimento en secreto para proteger la reputación del profesor, en 2001 la Universidad de Iowa ofreció una disculpa pública a la comunidad. Actualmente la universidad tiene disponible en su biblioteca la tesis de esta investigación.
4) Burke y Hare, los traficantes de cadáveres
 En el siglo XIX era muy difícil obtener cadáveres para fines de investigación médica; una de las únicas formas en las que se podían conseguir era a través de los cadáveres de ejecutados, pero como estos no eran suficientes era muy normal recurrir al mercado negro, fundado principalmente por el robo de cadáveres en los cementerios.

William Burke y William Hare, dueños de una casa de huéspedes en Escocia, se dedicaron a ejecutar a sus propios clientes para después vender los cuerpos al anatomista Robert Knox, investigador privado de la Escuela de Medicina de Edimburgo. Se dice que entre el año 1827 y 1828 los dos amigos asesinaron a más de una docena de inquilinos. Entre los posibles cómplices se encuentran la amante de Burke, Helen McDougal, y la esposa de Hare, Margaret Laird.

A partir de este hecho, el lenguaje británico acuñó la palabra “burking”, que significa matar comprimiendo el pecho de la víctima hasta asfixiarla, como herencia del nombre de uno de los asesinos. Como consecuencia de estos asesinatos, Burke fue condenado a la horca, y el gobierno británico tuvo que cambiar sus leyes respecto a la disección de cuerpos.
3) James Marion Sims y sus esclavas
James Marion Sims, considerado el padre y fundador de la ginecología moderna, fue el cirujano más importante del siglo XIX. Una de sus principales aportaciones fue hacer la primera operación exitosa de la fístula-vaginal, una terrible complicación médica relacionada con el parto y que causaba una grave incontinencia urinaria.

A pesar de que este hecho había resuelto un problema médico que afectaba a millones de mujeres, y del que muchos médicos no habían podido encontrar solución, se descubrió a lo largo del siglo XX que las formas y los métodos que el cirujano había usado fueron actos con falta de ética.

Esta mala fama sobre Marion Sims se debió específicamente a las cirugías experimentales que llevó a cabo entre los años 1845 y 1849 con mujeres esclavas afroamericanas a las que provocó enormes sufrimientos y dolencias a causa de intervenirlas sin anestesia.
 Durante los cuatro años en los que Sims experimentó con estas mujeres, se sabe que muchas de ellas recibieron repetidas cirugías en una misma intervención; también se dice que ninguna de las cirugías fue practicada con pleno consentimiento de las mujeres.

2) El experimento de Tuskegee
 El experimento Tuskegee consistió en un estudio clínico llevado a cabo entre 1932 y 1972 en Alabama, principalmente respaldado por el Servicio Público de Salud de los Estados Unidos.
Con la sífilis como una epidemia presente en las comunidades del sur de Estados Unidos durante esa época, las autoridades crearon un programa para el tratamiento de esta enfermedad en el hospital de Tuskegee, una clínica que sólo atendía a personas de raza negra.

Para alcanzar el objetivo de este estudio fueron seleccionados 400 varones de raza negra infectados de sífilis y 200 hombres en buen estado de salud, con el fin de comparar el avance de la enfermedad.
 Con respecto al grupo de los infectados nunca se les ofreció alguna explicación de lo que padecían, ni mucho menos se les aplicó algún tipo de antibiótico.

Más tarde, como resultado de este experimento, y con la llegada del uso de la penicilina en 1942, los médicos demostraron que sin este antibiótico la esperanza de vida de la persona infectada se reducía en un 20%.



1) Experimento de sífilis en Guatemala
Este experimento se llevó a cabo en tierras guatemaltecas entre los años 1946 y 1948, encabezado por el científico estadounidense John Charles Cutler, quien para 1942 se unió a los servicios de salud pública de los Estados Unidos.
 El experimento, respaldado por el gobierno de Estados Unidos, consistió en infectar de sífilis a más de mil 500 guatemaltecos, entre enfermos psiquiátricos, presos, prostitutas, soldados, ancianos y niños huérfanos.

Las víctimas no tenían idea de haber sido infectados de sífilis. Una vez contagiados, los médicos les suministraban una serie de drogas y químicos para probar si era posible evitar la propagación y el desarrollo de esta enfermedad.
 Incluso, hay evidencia de que algunos médicos pagaban a las víctimas para que tuvieran relaciones sexuales con las prostitutas infectadas, u otras veces provocaban una herida en el pene de la persona para luego rociarles cultivos de bacterias de sífilis con el fin de que se contagiaran.
Hasta el año 2010 fue cuando la secretaria de estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, junto con el secretario de salud y Servicios Humanos, Kathleen Sabelius, ofrecieron una disculpa pública al pueblo guatemalteco por los experimentos cometidos.


lunes, 12 de octubre de 2015

Opera Chirurgica


Opera Chirurgica, (Padua, 1666)



Fenómenos paranormales en Málaga: El guardián espectral del cementerio


La leyenda cuenta que en el cementerio protestante de Málaga habita el espectro de un guardián protector que vela por el descanso de los difuntos que allí reposan. Muchos han sido los testigos que afirman haberlo visto vagar por el camposanto acompañado por la suave luz de su candil. 

La necrópolis protestante malagueña de Saint George abrió sus puertas, puntualmente, a las 12 de la noche. Un nutrido grupo de turistas aguardaba en el exterior a la espera de disfrutar de las siniestras experiencias que se habían anunciado en un periódico local. El organizador del espectáculo Ghost Tour, Sergio Calle Llorens, pretendía ofrecer un evento en el que los participantes, envueltos en el inquietante ambiente de un camposanto nocturno, pudieran conocer de primera mano las leyendas y las tradiciones que lo rodeaban desde antaño. El actor y guía de la ruta, Jonathan Blanca, ataviado con un hábito de monje, encabezó la comitiva, que iba deteniéndose en diferentes puntos del camposanto, donde narraba las historias de espíritus y de fenómenos extraños que habían protagonizado los visitantes y los vecinos en aquel lugar. Los ánimos se iban caldeando a medida que el grupo penetraba cada vez más en la parte antigua y boscosa de la necrópolis, en la que las tumbas y los panteones se ocultaban entre la maleza. Mientras el guía narraba la leyenda del guardián del cementerio, parte del grupo se giró para observar un repentino resplandor que apareció por sorpresa a lo lejos dentro de los márgenes del recinto. Poco a poco, la luz se fue acercando y se apreció la figura de un hombre, candil en mano, que caminaba renqueando. Los turistas comenzaron a sonreír y más de uno aplaudió la insólita escena, lo que contrastaba con el rostro blanco y estupefacto del guía, que al fijar la vista en el espectral inquilino había enmudecido. “Todos, menos el guía, pensaron que aquella figura pertenecía a algún actor del Ghost Tour, pero no tenía nada que ver con el evento. Es más, a los pocos segundos desapareció y no pudieron dar con ella a pesar de que la puerta principal estaba cerrada con llave. Dado el estado de pánico de nuestro guía, aquella noche tuvimos que suspender el show”, comenta Sergio Calle con asombro. ¿Quién era realmente aquel hombre, que recorrió un amplio tramo del camposanto acompañado por la débil luz de un candil? ¿Podría tratarse del guardián del cementerio?


Un refugio para los protestantes 
A principios del siglo XIX los aires no soplaban a favor de los extranjeros protestantes que residían en algunas localidades españolas. En la capital malagueña los difuntos de este credo eran enterrados al anochecer en cualquier lugar discreto, como una playa aislada, pues no se permitía el descanso a los residentes no católicos en ninguno de los escasos cementerios de la ciudad. Este hecho motivó que el cónsul británico, William Mark, se preocupara por el destino de sus conciudadanos y que comenzara a gestar un proyecto para la creación de una necrópolis que acogiera las inhumaciones de los extranjeros de religión protestante que fallecieran en Málaga. El 11 de abril de 1838, por una Real Orden de Fernando VII, se cedió un terreno situado en el este de la ciudad a dicho cónsul. De esa forma se erigió en el Paseo de Reding el primer cementerio británico o protestante de la capital de la Costa del Sol. Su belleza reside, además de en los monumentales panteones y en sus románticos jardines, en la naturaleza que lo envuelve. Tumbas, panteones y mausoleos se mimetizan con los árboles y los arbustos que crecen a su alrededor a través de los caminos escarpados, que se asemejan a los de un bosque legendario. Los monumentos sepulcrales de la zona presentan los estilos clásico, neogótico y modernista, y son muchos los personajes populares que allí descansan. Una de las sepulturas más antiguas es la del oficial Robert Boyd, fusilado en el año 1831 debido a su carácter liberal y a su colaboración con el general Torrijos en la insurrección contra el absolutismo de Fernando VII. Asimismo, destaca también el mausoleo de la familia del cónsul William Mark, máximo responsable de la creación del propio cementerio. Y el monumento funerario de los marinos alemanes fallecidos en la fragata Gneiseau, que allá por el año 1900 naufragó encallando en las costas malagueñas. Y la sencilla tumba del poeta Jorge Guillén, que expuso su deseo de ser enterrado en este cementerio protestante. 


El guardián de la necrópolis

Sin embargo, lo más llamativo de este singular camposanto es la vieja leyenda británica que lo envuelve y que asegura que la última persona que es enterrada en un cementerio se convierte en su guardián. Este debe velar por la seguridad de las almas allí congregadas hasta que un nuevo difunto sea inhumado y ocupe el puesto del anterior vigía. En el camposanto de Saint George se mantiene muy viva esta tradición, y son muchos los que creen en ella. Paradójicamente, el último fallecido de este cementerio es Antonio Alcaide, quien fue vigilante del mágico enclave. Ahora la tradición señala que es el guardián espiritual de los muertos allí enterrados. Y parece que será así por mucho tiempo, ya que por decreto no se volverá a enterrar a nadie en la necrópolis británica. La figura errante del guardián del cementerio ha sido observada vagando por los sinuosos caminos del camposanto por los vecinos que habitan en las viviendas colindantes al cementerio, así como por múltiples visitantes que han penetrado en sus dominios. Por ello, en los últimos años, a modo de atracción turística, se realizan recorridos guiados por el cementerio británico en mitad de la noche para transitar por sus caminos y conocer sus leyendas. La ruta parte de la cancela de entrada y, tras surcar el camino principal, donde se encuentra la iglesia, trepa por las inestables calles de la parte superior. Personas de toda condición social y edad, deseosas de conocer este importante patrimonio malagueño, han realizado este camino nocturno. Y más de uno se ha llevado desagradables sorpresas. Aseguran haber sido tocados por manos invisibles, haber oído pasos donde no había nadie y haber escuchado voces provenientes de la nada.

El ángel encantado
Incluso Antonio Alcalde fue protagonista de uno de estos sucesos inexplicables mientras velaba por el mantenimiento de la necrópolis anglicana, heredero de una labor que ya habían desarrollado su padre y su abuelo. Un día vio cómo un hombre de aspecto extravagante subía la cuesta principal del cementerio y comenzaba a caminar los mausoleos, que poseía una enorme figura de un ángel a tamaño natural, se quedó mirándolo fijamente. Cuando de un lado a otro con la mirada perdida y un gesto extraño en el rostro. Al aproximarse a uno de estaba vivo gracias al alma de la joven fallecida que custodiaba la figura y que así perduraría a través de los siglos.Antonio se acercó para saludar al recién llegado, este entabló una conversación con él. Pero lo que le contó escapaba a toda lógica. Aquel individuo sostenía que el arcángel custodio que se encontraba sobre la tumba no era solamente de mármol, sino que bajo aquella coraza estaba el cuerpo de una muchacha difunta. Pocas palabras más salieron de los labios de aquel hombre, y las que lo hicieron fueron para manifestar que