jueves, 10 de noviembre de 2016

la tumba de las hadas

Esta es una extraña historia que el genial Jacques Bergier esbozaba en alguno de sus libros, señalando como fuente de la misma un fragmento del Libro de Los Condenados del patriarca de los misterios y los fenómenos anómalos, el inefable  Charles Fort. Según relata este autor, sucedió que en 1836, en las proximidades de un lugar conocido como la “Silla de Arturo” (Arthur´Seat) --cerca de Edimburgo--, un grupo de cinco muchachos, en el curso de una partida de caza, mientras inspeccionaban el terrero en busca de madrigueras de conejos, descubrió diecisiete ataúdes en miniatura en el interior de una cavidad.  Continúa diciendo Fort que “dentro de estos ataúdes había unas minúsculas siluetas de madera, talladas en estilo y materia muy diferente. Lo más extravagante era que los ataúdes habían sido depositados en la caverna uno después del otro, con varios años de intervalo. Una primera hilera de ocho ataúdes estaba completamente podrida, deshaciéndose en polvo las envolturas. Para una segunda hilera, igualmente de ocho ataúdes, los efectos del tiempo eran menos visibles. La última hilera, finalmente, inacabada, estaba compuesta por un solo ataúd, de apariencia reciente. En la revista escocesa Proceeding (Proceeding of the Society of Antiquarians of Scotland, 3-12-460) pudo leerse un relato detallado de este descubrimiento, ilustrado con la reproducción de tres ataúdes y de tres siluetas (…)”  (2)
(Un aspecto de los ataúdes enanos de Arthur´s Seat, según figuran en este artículo, muy bien documentado, del Instituto de Estudios Forteanos)

-Imagen Crédito Charles Fort Institute-





Algunos de los minúsculos féretros estaban dispuestos bajo láminas de pizarra, amontonados, con uno de ellos coronando la parte superior de la pila. Cada atáud contenía una pequeña figurilla de madera, finamente tallada y pintada, con botas negras y sus propias vestiduras hechas a medida.  Las figuras del fondo estaban más detrioradas que las primeras, por lo que se deduce que fueron colocados en intervalos de tiempo diferentes.  Nunca se ha aclarado la función o el propósito de este singular hallazgo, ni lo que representan los personajes enterrados en la cavidad. Aunque se han adelantado varias hipótesis al respecto, como que se trataba de algún tipo de muñeco de carácter votivo, o figurillas como las que se suelen usar en ciertos ritos del vudú; otros han creído ver una suerte de amuletos llevados por marineros y depositados aquí una vez hubieran servido a su propósito de asegurar una venturosa travesía. Por último, algunos autores sugirieron que los personajes serían una figuración de las víctimas de dos asesinos de la época, Burke y Hare, el primero de los cuales fue ahorcado en 1829, siete años antes de que los muñecos se encontraran.
Los hechos, a pesar de las preguntas suscitadas, continúan consituyendo un enigma. Quien quiera que llevase a cabo tan extraño  ritual, se llevó su secreto a la tumba.

-Fuentes y vínculos-
(1) La historia de los atáudes en miniatura de Arthur´s Seat, con una explicación razonable. 
(2) Fragmento de El libro de los condenados, de Charles Hoy Fort. También se ocuparía en este libro de dos “condenados” alucinantes: los síles pigmegos y las cruces de las Hadas.
(3) Arhtur´s Seat, en Wikipedia “Su existencia nunca ha podido ser explicada de modo completamente satisfactorio, aunque se han sugerido posibles asociaciones con ritos de brujería. Una explicación alternativa los explica como un memorial a las víctimas de los asesinos William Burke (1792-1829) y William Hare (muerto h.1860
(4) Más objetos singulares y extraños , fabricados por las hadas y los seres diminutos, en Cabinet of Wonders 

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