lunes, 27 de mayo de 2019

El enigma de la piedra


El
 enigma de la piedra

Un pueblo de la Bretaña francesa ofrece 2.000 euros a quien descifre un mensaje grabado en una roca. Al parecer, fue tallado en el siglo XVIII


Se supone que las palabras «grocar drear diozeevbio», si es que son palabras, quieren decir algo, pero nadie ha sido capaz aún de descifrarlas. Encabezan un texto que, al parecer, fue grabado en 1786 en una roca que trae de cabeza a los habitantes de Plougastel-Daoulas, un pueblo de la Bretaña francesa. Y ya está. No se sabe mucho más. La piedra ha estado siempre allí, aunque es difícil verla. Tiene 1,70 metros de altura y está encajada en un paraje azotado por el mar de Iroise. Para llegar a ella hay que tomar una pequeña carretera desde la aldea de Illien ar Gwen hasta la punta del Cuervo y desde allí es necesario caminar 700 metros por una playa hacia Anse du Caro, donde aguarda el enigmático mensaje.

La roca solo es visible durante la marea baja, y en los días de mal tiempo es mejor ni acercarse por el lugar. El mar de Iroise, una porción del Atlántico que baña el Finisterre francés, es uno de los más peligrosos de Europa. Sus aguas son las que golpean esos faros asediados por las olas que aparecen en algunas postales. No es una zona agradable, desde luego, y cuesta imaginar qué hacía alguien en el siglo XVIII tallando en aquel paraje un mensaje en una piedra anclada al borde del fin del mundo. Nadie lo sabe. Se desconoce qué quiso decir aquel desconocido y a quién dirigió sus palabras. Durante años, los habitantes de Plougastel-Daoulas han tratado de resolver el enigma, pero no ha habido manera. Por eso a su Ayuntamiento se le ha ocurrido la idea de ofrecer una recompensa de 2.000 euros a quien encuentre el significado de las inscripciones.
Entre el texto, de veinte líneas, aparecen los dibujos de un velero y un sagrado corazón El municipio ha dado a su propuesta el nombre de 'misterio Champollion',en honor al filólogo francés que descifró los jeroglíficos egipcios de la piedra de Rosetta. El llamamiento estuvo dirigido en un principio a lingüistas, historiadores, académicos, aficionados a descifrar códigos o estudiantes de Francia, pero la noticia del reto ha cruzado las fronteras y personas de todo el planeta se han mostrado interesadas en las condiciones del concurso, que se pueden solicitar en la dirección de correo electrónico veronique.martin@mairie-plougastel.fr.

El mensaje está grabado principalmente en mayúsculas. Son grupos de palabras, algunas de ellas al revés, que se encuentran distribuidas en veinte líneas. Uno de los fragmentos que se puede leer dice : 'roc ar b... dre ar grio se eveloh ar viriones baoavel... r i obbiie: brisbvilar... froik... al'. Entre la letras aparecen los dibujos de un velero y un sagrado corazón, un emblema que en 1792 comenzaron a utilizar los chouanes, los realistas que se sublevaron contra el gobierno revolucionario.
Lo único que tiene un cierto sentido son tres fechas que figuran en la roca. Las de 1786 y 1789 corresponden a los años de construcción del fuerte del Cuervo, una instalación militar que se edificó para proteger los accesos al puerto de Brest. Según contó la abuela de un vecino de la zona, la tercera fecha, la de 1920, fue grabada por un soldado ruso que se guareció en el fuerte tras la Primera Guerra Mundial.
Bretón y hasta euskera

A partir de ahí, todo son especulaciones. Ante la sospecha de que algunas de las letras puedan pertenecer al alfabeto cirílico, el Ayuntamiento ha contactado con lingüistas rusos, pero tampoco han podido aportar solución alguna. También hay quien dice que el mensaje puede estar escrito en bretón antiguo o incluso en euskera, aunque este último no parece ser el caso.

El dibujo del velero ha hecho pensar a otros que el autor pudo ser un marinero que encalló en aquella inhóspita zona de la costa. «Puede sugerir que vino en bote o estaba buscando uno para irse, podemos imaginar muchas cosas», sostiene Michel Paugam, un responsable municipal que ha puesto todo su empeño en desentrañar el misterio. «Si alguien se tomó la molestia de grabar veinte líneas en una roca no es solo para decir que el clima es agradable en Plougastel-Daoulas», añade.

Pero si se tomó la molestia, ¿por qué lo puso tan difícil? El Ayuntamiento ya ha recibido una carta de una mujer que asegura que ha descifrado una de las líneas. Según ella, está escrita en bretón y habla del paso de un carro por un prado, pero no parece que esta imagen encaje mucho en un escenario batido por las olas. Y, sobre todo, es extraño que nadie se haya dado cuenta hasta ahora. A la espera de más novedades, el enigma sigue en pie. Como dejó escrito en el siglo XVIII un autor anónimo, «grocar drear diozeevbio». Queda dicho para quien sepa entenderlo.

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