Maria-Bernada Sobirós
(Lourdes, 7 de enero de 1844 – Nevers, 16 de abril de 1879) fue una pastora, mística y religiosa francesa canonizada por la Iglesia católica en 1933. Su festividad se celebra el 16 de abril, aniversario de su muerte. Su cuerpo permanece incorrupto en Nevers.
(Lourdes, 7 de enero de 1844 – Nevers, 16 de abril de 1879) fue una pastora, mística y religiosa francesa canonizada por la Iglesia católica en 1933. Su festividad se celebra el 16 de abril, aniversario de su muerte. Su cuerpo permanece incorrupto en Nevers.
Una
serie de dieciocho apariciones marianas que Soubirous afirmó haber tenido en 1858 en Lourdes, y los milagros que las
sucedieron, terminaron por conferirle fama mundial ya al momento de su muerte.
Muerte e
incorruptibilidad de su cadáver
Poco tiempo antes de morir, llegó un obispo que
iba camino de Roma.
Bernada escribió una carta al papa para que le enviara una bendición. El obispo
llevó la carta a Roma y, al regresar de la Santa Sede,
le trajo a Bernada una especial bendición de León XIII y
un crucifijo de
plata que le enviaba de regalo; era el 15 de abril de 1879. Toda esa semana,
Bernarda había sufrido mucho, por las llagas de decúbito. Al día siguiente, el 16 de abril de 1879, con apenas 35 años,
murió a las 15.15 horas. Sus
últimas palabras fueron: «La he visto otra vez... ¡Qué hermosa es! Madre, ruega
por mí que soy pecadora».
Los funerales de Bernadette fueron
notables. Las palabras que corrieron en boca de todos fueron: «La santa ha
muerto». Inhumada
en la capilla de San José de la casa madre, asistió una inmensa muchedumbre
llegada de toda Francia.
El proceso diocesano sobre la heroicidad
de sus virtudes se abrió el 20 de agosto de 1908. El 2 de septiembre de 1909, su cadáver fue
desenterrado y hallado en perfecto estado de conservación; no obstante, el crucifijo y rosario que llevaba en las manos se
encontraron cubiertos de óxido. El 25 de agosto de 1913, Pío X inició
el proceso de beatificación en Roma que, retrasado por la Primera Guerra Mundial, se reanudó el 17 de septiembre de 1917. El 14 de junio de 1925, Pío XI proclamó
beata a Bernadette.
En el año de su beatificación se
realizó una segunda exhumación del cuerpo que seguía sin descomponerse (incorrupto), aunque
con manchas y decoloración en la piel, probablemente como resultado de su
exposición al aire durante los cuarenta y seis años posteriores a su entierro.
Por ello, con un molde del rostro y fotos de la religiosa, la empresa de Pierre
Imans fabricó tenues cubiertas de cera para el rostro y las manos que le fueron
colocadas antes de su traslado al convento de Nevers el 25 de junio. Luego
el cuerpo fue ubicado en la capilla que hoy lleva su nombre, perteneciente al
antiguo convento de San Gildard de Nevers,
y depositado en un relicario de cristal, donde es objeto de visitas y
peregrinaciones hasta hoy.
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