EL FRAUDE DE LAS APARICIONES MARIANAS DE PEDRERA
sep 30th, 2013
El ojo critico
El ojo critico
Publicado en EOC nº 38
“Soy la Virgen María, la Madre de Jesucristo, y traigo un mensaje dirigido a este pueblo y a todos los pueblos de la Tierra: Que os améis los unos a los otros, como mi Hijo os ama. Que trabajéis por la paz. Que todas las armas sean convertidas en rejas de arado y hagan fructificar la tierra y recibiréis grandes bendiciones de Dios. Si dejáis este camino espiritual y seguid vuestro camino material, iréis a la destrucción. El Cielo y la Tierra pasarán, pero las palabras de Dios no pasarán. Llevad este mensaje al sacerdote del pueblo y que lo haga llegar a los más altos cargos del Gobierno, de la Iglesia y de las naciones más poderosas de la Tierra. Este mensaje deben de saberlo todos los habitantes de la Tierra”…
INSTRUMENTO DE DIOS
MILAGROS AL POR MAYOR
“Soy la Virgen María, la Madre de Jesucristo, y traigo un mensaje dirigido a este pueblo y a todos los pueblos de la Tierra: Que os améis los unos a los otros, como mi Hijo os ama. Que trabajéis por la paz. Que todas las armas sean convertidas en rejas de arado y hagan fructificar la tierra y recibiréis grandes bendiciones de Dios. Si dejáis este camino espiritual y seguid vuestro camino material, iréis a la destrucción. El Cielo y la Tierra pasarán, pero las palabras de Dios no pasarán. Llevad este mensaje al sacerdote del pueblo y que lo haga llegar a los más altos cargos del Gobierno, de la Iglesia y de las naciones más poderosas de la Tierra. Este mensaje deben de saberlo todos los habitantes de la Tierra”…
Estas fueron las
palabras presuntamente transmitidas por la Virgen en una de sus primeras
apariciones en Veguetas de las Revueltas, un bello paraje a las afueras de
Pedrera (Sevilla). Al menos, así lo aseguraron en su día las primeras protagonistas
de esta historia, las niñas Buen Suceso Escobar González y las hermanas María y
Rosario Sánchez Guillén, de entre 10 y 12 años de edad. Todo comenzó el 3 de
mayo de 1987, una época en la que se vivió un auténtico boom aparicionista por
toda la geografía española: El Repilado (Huelva), Benalup de Sidonia (Cádiz),
Fenollet (Valencia), Denia (Alicante), Cospeito (Lugo), Villacañas (Toledo),
etc. Aquel día, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, las tres niñas
paseaban tranquilamente por el lugar a eso de las cinco de la tarde cuando, de
improviso, vieron a la Virgen sobre un olivo. La figura tenía la tez fina, ojos
azules, con sus manos en actitud orante y vestida de blanco. “Era la Virgen de
Fátima y nos dijo que iba a ayudar y proteger a los enfermos”, afirmarían días
después. Como suele ocurrir en estos casos, la zona pronto fue frecuentada por
curiosos, fieles y enfermos que aguardaban esperanzados que se cumplieran las
promesas de la Madre de Jesús… Diariamente, las niñas se dirigían a este naciente
enclave mariano para mantener un íntimo diálogo con la aparición. El gentío,
mientras, se congregaba en torno a una gran piedra que, según la Virgen, era
sagrada; sobre ella depositaban ramos de flores, estampas y rosarios. No tardó
en hablarse de “curaciones milagrosas”, y en pocas semanas, decenas de devotos
también juraron haber sido testigos de la aparición. Sin embargo, y ante la
sorpresa de los fieles, el domingo 31 de mayo las niñas avisaron que: “La
Virgen ya no se aparecerá más, hoy será el último día”… Pero a estas alturas,
resultaba imposible cortar de forma tan brusca un evento de tales
características. Muchísima gente ya depositaron su fe y confianza en la Virgen
que supuestamente había posado sus pies en aquel rincón de la sierra sevillana.
INSTRUMENTO DE DIOS
No obstante, las niñas se fueron
desvinculando del ambiente que se había creado en el lugar, tomando el relevo
algunos videntes adultos, algo frecuente en otros casos aparicionistas. De los
nuevos videntes, sin duda fue Carmen López Hernández,
de 43 años y natural de Estepa, la que con mayor rapidez acaparó la atención de los asistentes, debido a sus sorprendentes trances estáticos, acompañados a veces del siempre espectacular fenómeno de la estigmatización. Carmen se acercó por primera vez al terreno de las apariciones en compañía de su marido, Juan Antonio Bohórquez, atraída por las noticias que le habían llegado sobre las visiones de las niñas. A los pocos días, manifestó con alborozo haber visto también a la Virgen, hecho que se repetiría diariamente. A partir de entonces, comienza a recibir continuos mensajes celestiales y a protagonizar fenómenos carismáticos. “…Haz todo lo que Yo te mande (…) Quiero que digas que hagan una fuente frente a la ermita. Diles que la hagan, la pueden hacer. El agua será bendecida por Mi Hijo y por Mí. Curaré a muchas personas, pero tendrás que estar tú allí…”. Este sería el primer mensaje revelado por la Virgen a la vidente, fechado el 3 de febrero de 1988.Pero Carmen ya había tenido manifestaciones celestiales mucho antes de asistir a Pedrera. “La primera vez que vi a la Virgen tenía 9 años”, nos aclara la vidente en una de nuestras visitas al lugar. Al parecer, ocurrió mientras jugaba en un cortijo en el que trabajaba su padre.
de 43 años y natural de Estepa, la que con mayor rapidez acaparó la atención de los asistentes, debido a sus sorprendentes trances estáticos, acompañados a veces del siempre espectacular fenómeno de la estigmatización. Carmen se acercó por primera vez al terreno de las apariciones en compañía de su marido, Juan Antonio Bohórquez, atraída por las noticias que le habían llegado sobre las visiones de las niñas. A los pocos días, manifestó con alborozo haber visto también a la Virgen, hecho que se repetiría diariamente. A partir de entonces, comienza a recibir continuos mensajes celestiales y a protagonizar fenómenos carismáticos. “…Haz todo lo que Yo te mande (…) Quiero que digas que hagan una fuente frente a la ermita. Diles que la hagan, la pueden hacer. El agua será bendecida por Mi Hijo y por Mí. Curaré a muchas personas, pero tendrás que estar tú allí…”. Este sería el primer mensaje revelado por la Virgen a la vidente, fechado el 3 de febrero de 1988.Pero Carmen ya había tenido manifestaciones celestiales mucho antes de asistir a Pedrera. “La primera vez que vi a la Virgen tenía 9 años”, nos aclara la vidente en una de nuestras visitas al lugar. Al parecer, ocurrió mientras jugaba en un cortijo en el que trabajaba su padre.
El número de seguidores aumenta
alrededor suyo a la misma vez que el de las visiones, mensajes y fenómenos
supuestamente sobrenaturales. Además de estigmas, Carmen experimenta también
comuniones místicas, xenoglosia, osmogénesis, etc. En uno de los mensajes, la
Virgen la bautiza como “La Profeta”, y es así como la llamarían desde entonces
sus más fervientes acólitos. En otro comunicado le dice: “Quiero que me llamen
Virgen de la Bola de Luz, porque así me manifiesto Yo”… Sus contactos
celestiales no solo se intensifican sino que se extienden a otras figuras del
santoral católico. Según nos contó su propio marido, “a través de ella lo mismo
habla la Virgen, que Jesús, que San Miguel, San Bartolomé, San Pancracio y
otros muchos más”.
MILAGROS AL POR MAYOR
Hasta aquí todo parece “normal” en lo
concerniente a una típica aparición mariana. Sin embargo, este caso presenta
algunos rasgos que lo diferencia bastante de otros -y que, a su vez, despiertan
nuestras lógicas dudas-. No solo Carmen López tiene el privilegio de ver a la
Virgen y a otras figuras de la corte celestial, sino que muchísimas otras
personas, llegadas de numerosos sitios, han sido testigos directos de esas
mismas “presencias suprahumanas”. No hace falta ser vidente, ni santo, ni tener
un don especial. En este enclave aparicionista he recogido decenas de
testimonios a cuál más sorprendente. Testigos que afirman haber visto, sobre el
monte de olivos que corona el lugar, a la Virgen, a Jesús, Santa Teresa, Fray
Leopoldo, Santa Gema, los apóstoles, etc. etc. Es como si las “potencias
divinas” hubiesen abandonado el cielo para trasladarse a Pedrera…
Ramón Jiménez, un joven natural de
Mataró, nos cuenta lo que presenció en abril de 1993: “Junto a un árbol observé
una luz amarilla muy fuerte, y entre medio de la luz vi la imagen de la Virgen
con un manto blanco en la cabeza. Me pareció ver que tenía el niño Jesús en sus
brazos”. Por su parte, Antonio Torres, de 28 años, contempló a Cristo en la
Semana Santa de 1994: “Vimos aparecer a eso de las 7 de la mañana una luz
verde, y al momento se vio al Señor con una túnica blanca, las manos levantadas
y caminando hacia nosotros. Se vio perfectamente. La gente intentó abalanzarse
hacia él para abrazarle y entonces desapareció”. En otra ocasión, una mujer me
narra conmovida: “Yo he visto al Señor con la corona de espinas, y mi hija de
13 años ha visto a Santa Teresa, a Santa Rita, al Niño Jesús y a tres
apóstoles”. Otros testigos como Carmen Jiménez, Manuel del Pozo y Eduardo
Rodríguez han podido ver también a Jesús y la Virgen en muchas ocasiones y a
escasos metros…
Mientras tanto, los mensajes recibidos
por Carmen adquieren un tono similar a los de otros casos aparicionistas (de
contenido profético, catastrofista, milenarista…). A veces, revive la Pasión de
Cristo haciendo gestos como si llevara la cruz a cuestas, o cae de bruces al
suelo en medio de espasmos como si hubiese sufrido algún presunto ataque
diabólico. Siguiendo las instrucciones de la Virgen, la vidente comienza a
imponer sus manos sobre los enfermos que acuden con fe al lugar. Su popularidad
traspasa ya la región, llegando gente con mucha devoción pero poca salud de
toda España. Van en busca de un ansiado milagro. Carmen comienza a ser
entrevistada, junto a su inseparable grupo de acólitos, en diversos medios de
ámbito nacional, mientras que conocidos estudiosos y acérrimos creyentes de las
apariciones, como Pitita Ridruejo y Francisco Sánchez-Ventura, se personan en
el lugar para recoger las maravillas que allí se cuentan…
Pero pronto habría un éxodo… El 16 de
febrero de 1988, la vidente recibe el siguiente mensaje de la Virgen: “Tienes
que pedir que te hagan una casa en el campo”… Dicho y hecho. Una fiel devota le
ofrece parte de su cortijo ubicado en “El Higuerón”, entre las localidades sevillanas de
Matarredonda y Herrera (a 25 kms. de Pedrera). Carmen acepta encantada.
Abandona Estepa y se traslada con su familia hasta el nuevo emplazamiento,
desde donde sigue teniendo visiones y diálogos con la Virgen. Sus seguidores
comienzan a desplazarse hasta la finca, que en pocos días se convierte en otro
concurrido foco de peregrinación. Aunque Carmen sigue visitando la zona
original de las apariciones, lo hace cada vez con menos frecuencia debido a
diversas agresiones que sufre por parte de algunas personas que siguen a otro vidente
del lugar. La Virgen intenta reconfortar a su “profeta”: “La elegida eres tú y
lo serás durante toda tu vida”, le comunica el 7 de junio de 1988.
En una de nuestras visitas hasta la
finca de “El Higuerón”, ya que se había rumoreado que en esa noche podía haber
una nueva “aparición” de la Virgen, aprovechamos para entrar en la capilla que
tienen junto a la casa. En principio, nos llamó la atención la abundante
iconografía religiosa, regalo de los devotos, que oculta prácticamente todas
las paredes de la estancia. El marido de Carmen y Francisco Carmona, uno de los
principales seguidores de la vidente, nos muestran los presuntos “prodigios”
que allí dentro han ocurrido. Descubrimos nada menos que media docena de
imágenes sangrantes. Respecto a un crucifijo con el rostro, manos y pies ensangrentados,
Juan Antonio nos explica: “La primera vez que sangró fue cuando estalló la
guerra del Golfo… Ahora lo hace en días muy señalados, cuando va a ocurrir una
desgracia…” Igualmente nos enseñan un cáliz -del que dicen que emana sangre en
Cuaresma- que la Virgen entregó a su “profeta” mientras que se hallaba en uno
de sus éxtasis, así como otros objetos religiosos “materializados” ante Carmen.
También están allí enmarcadas las fotografías en las que la vidente aparece con
la corona de espinas sobre su cabeza -colocada, claro está, por el propio
Jesucristo- y aquellas en las que exhibe sus estigmas en pleno trance. ¿Alguien
dá más?… Allí mismo, charlamos con Carmen López, quien se mostró en todo
momento nerviosa y evasiva. Respondió con monosílabos a nuestras preguntas y
dijo que tenía que seguir atendiendo a las personas que la esperaban en la
puerta. Por cierto, se había dado cita una gran muchedumbre en el lugar, con
motivo de anunciarse con suficiente antelación la supuesta aparición de la
Virgen. Al final, ningún representante de las “huestes celestiales” quiso
manifestarse ante nosotros esa noche. Días después supimos que, tras
marcharnos, algunos devotos habían presenciado a la “Reina de los Cielos”.
¿Casualidad?…
ALGO HUELE MAL
La facilidad y frecuencia con que en
Pedrera y, ahora, en “El Higuerón” se producen los supuestos fenómenos
milagrosos antes relatados, y a la vista de todo el mundo (o casi todo), hacen
tremendamente sospechosa esta historia. En nuestra opinión, nos parece un
tinglado pseudoreligioso muy bien orquestado. En resumen, un tremendo montaje.
Al menos, esa fue la impresión que ya tuve en mis primeras visitas al paraje
aparicionista hace diez años y que luego he podido ir confirmando con las
evidencias que hemos recogido hasta ahora. Y no es que piense que todos esos
testigos que peregrinan hasta el lugar se han puesto de acuerdo para mentir.
Más bien están describiendo emocionalmente lo que han visto. Se nota la
honestidad en sus palabras. Hablan con el corazón. Pero mucho me temo que la
interpretación que hacen no es la correcta, llevados por la sugestionabilidad y
sobre todo por la fe ciega que profesan a Carmen, convertida en líder
carismática del grupo surgido en el enclave. Un grupo que, como ocurre en estos
casos, se cierra herméticamente al exterior, controlando todo lo que rodea a la
“aparición” y mostrando en muchas ocasiones hostilidad y recelo ante los
visitantes que no expresan signos de credulidad y devoción. Lo decimos por
experiencia…
Nuestras primeras dudas partieron del
hecho de que haya tantas personas que afirmen haber observado a poca distancia
-en algunos casos a menos de dos metros- a Jesús, a la Virgen y otras figuras
celestiales. Curiosamente no ven “entidades” translúcidas o etéreas que floten
sobre el lugar, sino figuras completamente físicas, ataviadas con túnicas o
mantos de textura aparentemente normal, que se desplazan a pie por los
alrededores y que portan en sus manos una esfera luminosa. Ante “evidencias”
tan claras, hemos ido hasta allí varias veces con la intención de presenciar y
captar en soporte gráfico alguna “imagen celestial”. Pero no es nada fácil… Los
“protectores” de Carmen están pendientes de nuestros movimientos. Nos observan
con desconfianza si llevamos cámaras fotográficas, de vídeo, o unos simples
prismáticos. De hecho, cada vez que visita el lugar un periodista o un
investigador, los impulsores de esta aparición -agrupados hoy bajo la
denominada “Fundación Virgen de la Bola de Luz”- se muestran excesivamente
recelosos. Y “casualmente”, rara vez ocurre algo en presencia de un medio de
comunicación. “Cuando hay determinada gente la Virgen no aparece. Ellos
examinan el personal, controlan quién va, quién es cada uno, si alguien lleva
cámara o prismático…”, me dice una persona que conoce muy bien las verdaderas
actividades de esta gente. Sólo Carmen López y sus más estrechos colaboradores
parecen tener las claves del “misterio” que rodea esta historia. Pero
afortunadamente, han llegado hasta nosotros algunas curiosas e interesantes
filmaciones en las que se aprecia la figura identificada por los seguidores
como la “Virgen de la Bola de Luz”. También han sido muy esclarecedoras las
declaraciones que hemos obtenidos de algunas ex-acólitas de Carmen,
permitiéndonos descubrir la cara oculta de este singular caso…
¿BURDOS
FRAUDES?
Las circunstancias en las que ocurren
los extraordinarios “prodigios” protagonizados por Carmen López nos hacen,
ciertamente, dudar sobre la autenticidad de los mismos. Hay momentos en que la
vidente, aprovechando cualquier confusión, distracción o la misma oscuridad de
la noche, desaparece rápidamente del escenario de los hechos, para reaparecer
pocos minutos después con los estigmas de la crucifixión o con la corona de
espinas sobre su cabeza. A veces, incluso portando sagradas formas u objetos
religiosos -como patenas, crucifijos, rosarios, etc.- cedidos ¡cómo no! por la
Virgen. Por la lectura que extraemos de los testimonios recogidos, parece ser
que la vidente se esconde para colocarse la corona, pintarse los estigmas o
coger los objetos que ella o algunos de sus “protectores” llevan guardados.
Precisamente, el propio marido, sin querer, nos puso sobre la pista al
relatarnos un episodio: “Ella estaba aquí en la capilla con otra mujer y dijo
que iba a ponerse unos calcetines porque tenía los pies frios. Fue al servicio
y desde la puerta llamó a la mujer. Al ir, vio que Carmen tenía la corona
puesta y estaba echando sangre…” ¿Porqué
no se originan esos fenómenos milagrosos en presencia del público y a plena
luz?, nos preguntamos razonablemente… Algo similar ha ocurrido en el “terreno
santo” de Pedrera. La Virgen pide siempre a la vidente que suba sola al monte.
Al bajar, muestra a los fieles creyentes la corona de espinas en la frente y su
rostro ensangrentado. Sus adeptos impiden celosamente que cualquier persona
suba tras ella para ver el “misterio”, me aclara una antigua seguidora de
Carmen. Se sabe que un joven se escondió una vez y pudo ver a la vidente tirar
un pequeño frasco que contenía un líquido rojo, posiblemente mercromina. Otros
han podido hallar en casa de la vidente diversos recipientes con perfume de
rosas que luego, según dicen, es mezclado con aceite. ¿Podría ser esta la
explicación del “aroma celestial” que emana la vidente durante sus éxtasis y
que impregna a aquellas personas que la abrazan?…
Otro hecho realmente dudoso, pero que
alcanzó especial trascendencia, fue el de la sangración del libro “Apariciones
de la Virgen María”, escrito por Pitita Ridruejo. A mediados de 1994, la
conocida marióloga regaló un ejemplar de su obra a Carmen López. En el momento
en que Pitita se encontraba en el exterior de la finca hablando con los
asistentes, apareció la vidente con signos de nerviosismo enseñando a los
presentes una de las páginas del libro, en la que una fotografía de la “Rosa
Mística” estaba sangrando. Pitita y los allí reunidos no dieron crédito a lo
que veían sus ojos. Después de no pocos titubeos, Carmen dejó que el médico
malagueño Sergio Triay -a quien Pitita puso al corriente del suceso- se acercara
hasta la finca y empapara un algodón en la sangre presuntamente emanada del
libro, aún fresca ya que hubo nuevas sangraciones dias después. El análisis
arrojó como resultado que era sangre humana. Obviamente, ello no determina
ningún origen milagroso al hecho, aparte de que el propio médico reconoció que
no fue un examen muy exhaustivo el que llevó a cabo: “No puedo decir que fue un
análisis científico ni mucho menos. Fue una cosa para satisfacer mi
curiosidad”. Hay puntos muy oscuros en esta historia, y ello lo demuestra el
hecho de que la vidente se oponga radicalmente a que el libro, expuesto
actualmente en una vitrina, sea llevado a un laboratorio para ser analizado en
profundidad.
“APARICIONES”
POCO DIVINAS
“Esa aparición que se ve en la
grabación parece ser un fraude. Personalmente, no creo que fuera la Virgen”…
Esa es la opinión de Antonio J. Sánchez Heredia, cámara de la “TV Palma del
Río”, uno de los pocos que han tenido la suerte de poder filmar la imagen de la
“Virgen de la Bola de Luz”. Ciertamente, cuando uno observa detenidamente la
grabación, se da cuenta que la figura que se aprecia en el vídeo, cubierta con
una sábana y agitando con sus manos una esfera luminosa roja, no presenta
ninguna característica anómala. Sus movimientos y comportamiento, intentando
llamar la atención mientras baja, sube y esconde la esfera de luz, demuestran
que es un “ente”, pero de carne y hueso. Cualquiera que tenga un poco de
sentido común, aún siendo creyente en las apariciones marianas, convendrá con
nosotros que se trata de una persona disfrazada. “La Virgen jamás haría ese
tipo de espectáculo. Eso es una falta de respeto hacia Ella y hacia los
creyentes”, nos dice indignado un sacerdote onubense al que le mostramos las
imágenes y le ponemos al corriente de lo que ocurre en ese lugar.
Para evitar ya cualquier problema, y
que se descubra el tinglado, los aliados de Carmen impiden que nadie se acerque
a menos de 200 mts. de donde tiene lugar la “aparición”. En “El Higuerón” la
gente tiene que retirarse hasta esa distancia si desean que se manifieste la
Virgen. Cuando ya está todo controlado, una luminaria -de color rojo o verde-
desciende del cielo lentamente hasta tocar tierra. Es el anuncio de que se
aparecerá la Virgen o su Hijo. En ese momento, junto a la casa asoma la
esperada “figura celestial” portando la acostumbrada esfera luminosa, mientras
que los fieles comienzan a rezar, a entonar cantos y a llamar a la “aparición”
con gran fervor y lágrimas en los ojos. Desde la lejanía, la “imagen divina”
hace la señal de la cruz con la esfera a modo de bendición para regocijo de los
presentes. Al poco rato, se retira del lugar.
Hemos localizado a algunas personas
que escondidas por los alrededores del cortijo han presenciado perfectamente
como alguien se colocaba la sábana y cogía con su mano una lámpara o farol. Han
podido distinguir incluso los pantalones bajo la sábana. No quieren dar sus
nombres por temor a represalias… Para más “inri”, la presencia en los
alrededores de la finca de cartuchos de bengalas que se emplean en los
salvamentos marítimos es otra prueba en contra de la autenticidad de los
“fenómenos sobrenaturales” que allí tienen lugar. Al menos, el misterio de las
luminarias que preceden a las presuntas “apariciones” quedaría perfectamente
resuelto.
Hablamos con Rosa M. -quien desea
permanecer en el anonimato-, una creyente convencida en las apariciones de la
Virgen que ha recorrido la península visitando buena parte de los focos
marianos y participando en cenáculos de oración. Pedrera fue uno de sus puntos
de destino. Vivió muy de cerca algunos “prodigios” y fue testigo de diversas
apariciones. Sin embargo, pronto comenzó a tener serias dudas: “En una ocasión
ví como salía de la casa la supuesta Virgen. Sus movimientos y exhibicionismo,
como si fuera una bailarina, no encajaban en alguien que es la Madre de Jesús.
Además, se notaba algo oscuro, como unos pantalones, bajo la túnica. Aquello
era una comedia. Sembraron la duda en mi corazón…”, me comentó enojada.
Esta mujer quiso desenmascarar toda la
posible farsa escondiéndose junto a otras personas en una cercana arboleda. Eso
ocurría en mayo de 1994. Su testimonio es lo suficientemente esclarecedor: “Vi
como el marido de Carmen apagaba el generador eléctrico y encendía la luz de la
capilla. Luego dio una vuelta por fuera de la casa por si alguien estaba
escondido. Uno del grupo encendió las luces largas de un vehículo para
deslumbrar a la gente y ver si aún podía haber alguien cerca. Por desgracia,
descubrieron a un matrimonio escondido detrás de un árbol, tumbados en el suelo
con una cámara de vídeo. Entonces vinieron unos 8 ó 10 hombres muy enfurecidos
amenazando a todos nosotros con que podían pegarnos un palo por estar allí
escondidos. Se llevaron al matrimonio. Ya no pude callarme y me enfrenté al
grupo de Carmen diciéndoles que todo era un fraude y que no es lícito que
tomasen el nombre de Dios en vano. Cuando les amenacé con avisar a la polícía
nos dejaron en paz…”
BIENES
TERRENALES
¿Qué motivos pueden esconderse tras
esta turbia historia?… El móvil económico está detrás de muchas presuntas
apariciones de la Virgen que inundan nuestra geografía española. En ésta, según
los testimonios de algunos ex-seguidores, también lo es. La organización que
ampara a Carmen López negocia con la venta de botellas de agua bendecidas por
la Virgen, vídeos y otros souvenirs. Los medios de comunicación se han hecho
eco de las denuncias presentadas por algunos antiguos acólitos. “Me ha hecho
mucho daño porque se apodera de todo”, ha declarado públicamente Carmen
Borrego, que había sido “elegida” por la Virgen para auxiliar a la vidente.
Precisamente esta mujer fue quien le hizo entrega de medio cortijo de “El
Higuerón”, siguiendo las órdenes dadas por la Virgen: “Hijos míos, ayudar a mi
profeta. Vosotros sois los elegidos para hacerle una casa en el campo”. Carmen
Borrego y su marido, dueños del terreno, llevaron el asunto a los tribunales al
ver que la vidente y los suyos se apropiaron del resto de la finca, una vez que
terminaron de construir la casa y la capilla gracias al dinero aportado
ingenuamente por ellos y otros seguidores.
Hasta algunos defensores de las
apariciones de Pedrera tienen que reconocer que este caso bien merece una
lectura más crítica. El abogado Miguel González-Gay o el propio Francisco
Sánchez-Ventura, autor de dos volúmenes donde presenta esta historia como
auténtica, han apuntado recientemente en la revista “María Mensajera” que los
últimos mensajes recibidos por Carmen López son poco fiables a tenor de su
contenido ególatra y megalomaníaco. Para ambos, resulta extraño que la Virgen
diga que Carmen es “la vidente más grande que hay ahora en el mundo” o que
“ella, a través de mi Hijo Jesús, os dará a todos la salvación para esos tres
días terribles que van a venir”. Claro que, como apuntan los dos especialistas,
a lo mejor esos dictados son obras del Maligno. Puestos a creer…
En síntesis, concluimos que en “El
Higuerón”, a tenor de estos hechos fraudulentos, se está abusando de forma
descarada de la fe y la credulidad de quiénes buscan en dicho lugar un consuelo
a sus desdichas. En casos así ¿no debería intervenir las autoridades para
investigar y evitar montajes de tal magnitud?…
Moisés Garrido
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