UFOLOGÍA
Ovnis en
Andalucía: luces, naves y humanoides desde la Guerra Civil
Un centenar de
casos de avistamientos componen la cronología ufológica al sur de España
La serie de
ABC «Ovnis en Andalucía» ha inspirado un nuevo libro sobre el fenómeno
LEO RAMA
Granada
Pareciera que el de los OVNIs es
un asunto olvidado, anquilosado en el siglo XX, sepultado por su tan polémica
como absurda historia. A pesar de la incredulidad que sigue suscitando, lo
cierto es que el fenómeno ufológico permanece vivo, y es real. Al menos para
los miles de testigos de lo inaudito, que van desde labriegos sin formación a
pilotos de avión con miles de horas de vuelo, galones y mucho prestigio que
perder, cuyas narraciones en los pocos informes desclasificados que hay tienen
un valor extraordinario. Cosa distinta es su naturaleza, que tampoco tendría
por qué ser reducida una sola. ¿Brotes esquizofrénicos? ¿Fenómenos
meteorológicos? ¿Maniobras militares? ¿O acaso están los alienígenas detrás de
todo?
Es una
posibilidad. No son pocos los científicos de prestigio que asumen ya como
válida la hipótesis de la existencia de civilizaciones extraterrestres en base
a las más nuevas investigaciones, como viene dando cuenta con rigor José Manuel
Nieves en las páginas más empíricas de este periódico. Precisamente, el diario
ABC de Sevilla dedicó hace varias décadas una serie sobre avistamientos al sur
de Despeñaperros. Aquellas crónicas de Manuel Ramírez, conservadas en la
siempre útil hemeroteca, han servido de inspiración al recientemente publicado
«Ovnis en Andalucía», un libro del periodista sevillano José Manuel García
Bautista.
Un centenar de
casos ordenados por orden cronológico componen la investigación de García
Bautista, convencido de que hay vida ahí fuera, que nos visitan desde siempre,
aunque algunos de los artefactos avistados sean humanos. «El universo es tan
grande que es difícil no pensar que en alguna remota estrella haya planetas con
vida», afirma apasionado el investigador sevillano, afanado en «dignificar» un
tema, el de los objetos voladores no identificados, denostado. Como si no
tuviera valor el testimonio de gentes de todo tipo que narran –con mirada
sincera– lo que sólo fue visto con sus ojos.
Crónicas de la
Guerra Civil
Aunque el
fenómeno OVNI no nace como tal hasta 1947 en Estados Unidos, es posible
encontrar en España narraciones que aluden a extrañas luminarias que surcan los
cielos sureños desde el medievo. Pero hay que remontarse a la Guerra Civil para
encontrar los primeros testimonios fiables de avistamientos en Andalucía.
Sucedió en el
frente y así lo narró en su día el diario ABC: «Ya había salido el sol, y los
soldados del batallón que aquella mañana del 5 de febrero de 1938 defendían la
posición de Peñón de la Mata (al norte de la provincia de Granada) soportaban
el frío como podían mientras vigilaban atentamente su posición. El cielo estaba
completamente limpio, y nuestro testigo –un combatiente de la brigada 76–
pronto se percató de la presencia de algo anormal en los cielos».
El soldado lo
definió en la distancia como algo parecido a «un sombrero mexicano» de color
aluminio mate. Aquel misterioso artefacto metálico, de lento vuelo, se
posicionó sobre el testigo, que así pudo observar la parte inferior de la nave,
asemejada a una «rueda de carro». En el centro de los radios «tenía como la
lente de una máquina fotográfica y daba una sensación de profundidad». Giraba
sobre sí mismo en sentido contrario a las agujas del reloj y desapareció sin
más del campo de visión de los combatientes.
Dionisio, los
seres y el lucero
Uno de los
casos más sonados fue el que vivió en primera persona Dionisio Ávila, vetusto y
respetado vecino del pueblo de Los Villares, en Jaén. Corría el año 1996 y
Dionisio paseaba con su perro por los infinitos olivares cuando ante sí apareció
un resplandeciente artefacto. Tras dar una vuelta de reconocimiento al aparato,
dos seres esbeltos, embutidos en sendos trajes color plata, le lanzaron lo que
él describió como «un lucero» que, al recogerlo, resultó ser una piedra
esférica. «Sintetiza todo el absurdo del fenómeno OVNI», apunta García
Bautista.
Aquel guijarro
del tamaño de una nuez llevaba grabado una curiosa inscripción, similar a los
símbolos que presentaba la nave: «IOI». El famoso «palo, cero, palo» que sirvió
de base al pionero ufólogo español Juan José Benítez para su investigación «El
anillo de plata», publicada por TVE en el mítico programa «Planeta encantado».
Dionisio Ávila
jamás volvió a entablar contacto con los humanoides a los que atribuye la
curación de sus dolencias, constatadas por los habitantes del pequeño municipio
jiennense. Menos suerte corrieron otros testigos en sus supuestos encuentros,
como en el caso de una supuesta agresión a un sevillano por parte de los
tripulantes de una nave en la gélida noche del 28 de enero de 1976.
El ataque a
Sevilla
De nuevo, la
edición andaluza del periódico ABC –esta vez con la firma de Benigno González–
recogió al día siguiente el delirante testimonio de Miguel Fernández Carrasco,
quien regresaba solo a Benacanzón tras estar con su novia en Sanlúcar la Mayor.
Creyéndose afortunado, pudo ver un par de estrellas fugaces durante su trayecto
a pie. Al poco rato, una «cabina telefónica» voladora que desprendía rayos de
luz rojos y blancos se posó ante él y de la máquina salieron una pareja de
humanoides altos. El miedo se apoderó del testigo, que emprendió su huida a
toda velocidad por los carriles.
La nave
despegó y comenzó a perseguir al testigo, aterrado por la posibilidad de que le
dieran caza antes de recorrer los 1,5 kilómetros que le quedaban para llegar a
su morada. No erró. Aquel aparato proyectó lo que García Bautista define como
«un haz de luz, un arma lumínica» casi letal sobre Miguel Fernández. El
sevillano quedó malherido en el suelo, prácticamente inconsciente; «sin aliento,
sin fuerzas, quemado, abrasado, tostado» por «algo» desconocido para él.
Una vez
internado en el capitalino Hospital de San Lázaro, el labriego prestó
declaración y de hecho el Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla abrió diligencias
para esclarecer un presunto ataque de los extraterrestres por vez primera en
España. El caso fue sobreseído apenas dos semanas después ante la imposibilidad
de imputar a ningún a sujeto conocido el delito denunciado por Fernández
Carrasco.
Éstos son
algunos de los casos que recogidos en el compilado de José Manuel García
Bautista. «Ovnis en Andalucía» aglutina otras muchas crónicas sobre un fenómeno
aparentemente sin sentido, que ha ido mutando con el paso de los años y se
manifiesta de tantas maneras como casos hay: los humanoides de Fuengirola, los
de Algeciras, el OVNI acosador de La Antilla, el de Benalmádena, el de Morón…
¡Hasta los OSNI –Objetos Submarinos No Identificados– avistados en la Bahía de
Cádiz!
Todos ellos
son interrogantes carentes de respuesta, de momento, para los científicos. «Si
nosotros publicáramos todos los incidentes OVNI en España con misiones de
interceptación, daríamos una sensación de inseguridad tremenda», le dijo a
García Bautista uno de sus amigos militares, un gremio que tiene mucho que material
al respecto por desclasificar, en cajones de húmedos sótanos a la espera de ver
la tan necesaria luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario